Potencia su autoestima y recursos

//Potencia su autoestima y recursos

Potencia su autoestima y recursos

La autoestima consiste en tener una actitud positiva hacia uno mismo. Desarrollarla y mejorarla nos ayuda a sentirnos mucho mejor con nosotros mismos, y esto influye directamente en nuestro comportamiento diario, también a la hora de reaccionar ante una situación que nos provoca temor o incertidumbre,… cómo enfrentamos los miedos depende en gran parte de los recursos personales con los que creemos que contamos.

Desde que nacemos vamos acumulando habilidades y recursos que nos ayudan a encarar la vida. Tan necesario es contar con los recursos, como reconocerlos y saber que les podemos emplear para superar y luchar contra las circunstancias.

Una autoestima adaptativa juega un papel fundamental a la hora de emplear adecuadamente estos recursos. En el desarrollo de la visión de uno mismo cobra una importancia muy especial tanto la familia como la escuela, sobretodo en los primeros años, ¿Qué podemos hacer para fomentar una autoestima adaptativa y una potenciación de los recursos personales en los niños y niñas?

  • Amor incondicional: acepta a tu hijo o alumno sin condiciones, es el tip número uno, es la mejor estrategia para fomentar una buena autoestima, desde la que se podrá potenciar muchos más recursos. Un menor que se siente querido tal y como es, por lo que es, no por lo que hace, se siente seguro, y ésta es la mejor plataforma para lograr el éxito personal. Un hijo/a se siente aceptado cuando:
    • Le demuestras afecto, incluso cuando se porta mal.
    • Te sientes orgulloso/a de él o ella
    • Disfrutas de su compañía
    • Te interesas por sus problemas, y le demuestras que entiendes sus preocupaciones.
    • Aceptas sus limitaciones y errores, sin pretender que sea perfecto/a
  • Bríndale apoyo. Los padres se deben mostrar disponibles para que sus hijos sepan que estarán allí cuando lo necesiten.
  • Ayúdale a encontrar intereses y motivación por actividades, reforzando y poniendo en valor sus capacidades, animándoles a mejorar sus habilidades en las tareas que no le salen bien del todo, señalando cada pequeño avance, y sobretodo, potenciando las habilidades en las que más destaca.
  • Corrígele cuando se equivoca. La vida es un continuo aprendizaje, y los errores una estupenda oportunidad de encarrilamiento. Señalar las actuaciones, criticar las conductas, no la forma de ser. Por ejemplo será mucho más productivo para mejorar un comportamiento, así como para la mantener una buena autoestima y relación con el niño/a, decirle “el resultado de esta suma no está bien / hay una operación en este ejercicio que está mal”,… mejor que “las matemáticas no son lo tuyo, eres vago, eres torpe…”. Mejor decir “si hubieras estudiado más tiempo estos apartados, podrías haber aprobado”, mejor que “eres un vago, eres tonto”.
  • Elógiale por sus avances, por los esfuerzos, y por las cosas que hace bien. No le exijas la perfección ni la rapidez que en ocasiones en nuestro estilo de vida prima. Valora como adecuados los resultados que vaya consiguiendo, pese a no ser perfectos. A medida que vaya practicando, cogerá más velocidad. Valora el esfuerzo, los intentos, la persistencia, el compromiso,… por encima del resultado final.
  • No seas excesivamente sobreprotector. La sobreprotección es un estilo educativo necesario en los primeros momentos de la vida, cuando el bebé llega desprotegido al mundo, pero poco a poco debemos ir cediéndole el control de múltiples habilidades y aptitues, para que las pruebe, las haga suyas, y vaya construyéndose potente y empoderado. Sobreprotección frecuentemente correlaciona con baja autoestima, pues implica la falta de conciencia acerca de habilidades y capacidades individuales, la necesidad de depender del otro, la falta de autonomía… La sensación de poder valernos por nosotros mismos se construye en el día a día, en función de las actividades que vamos intentando, y los problemas que vamos afrontando. Permite que el menor se enfrente por sí solo a sus problemas y que aprenda estrategias para superarlos. Los padres no estarán siempre ahí para resolver todos los problemas de su hijo/a.
  • Actitud dirigida a resolver problemas. Valora los problemas como desafíos, no como amenazas, ayúdale a creer y buscar posibles soluciones, así como su propia capacidad para resolverles. Dirígele hacia una actitud en la que no espere que las dificultades se resuelvan por sí mismas, posponiendo soluciones o evitando enfrentarles.
  • Fomenta su autonomía. Provéele de oportunidades donde desarrollar las habilidades que va adquiriendo, o bien otras en las que pueda desarrollar nuevas aptitudes con los recursos de que dispone y además añadir nuevos aprendizajes. Sentirse válido y autónomo es una de las condiciones fundamentales del empoderamiento personal.
  • No seas excesivamente exigente. La perfección es sólo un punto extremo de una amplia gama de opciones de éxito. Sitúate en la escalera de desarrollo del menor, no en la tuya: valora hasta dónde puede llegar desde su situación, no hasta donde te gustaría que llegase. Si consigue resolver con éxito tareas que están a su alcance o algo distantes, empleando sus recursos o incluso aprendiendo alguno más, eso sí que es un verdadero éxito.
  • Experiencias variadas. Ofrecer un amplio abanico de posibilidades de crecimiento, cada nuevo escenario, cada nuevo acompañante es una oportunidad de aprendizaje social y personal. Acompáñale en las mismas, déjale su espacio de experimentación autónoma, y mantente disponible para cualquier preocupación y para escuchar sus valoraciones, sus experiencias, sus emociones,… etc.

By | 2020-06-08T20:16:30+02:00 junio 8th, 2020|0 Comments

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