Las familias se sienten confusas y desorientadas ante el torbellino emocional que en ocasiones muestran los más pequeños. Quizá no te cueste imaginar esta situación: tu hijo/a puede levantarse con ENFADO, desayunar ALEGRE, ir al colegio TRISTE,… todo ello con una intensidad elevada que parece exigir una respuesta inmediata por parte del adulto.
En la infancia se aprenden y sobretodo se experimentan las emociones, por lo tanto estas fluctuaciones emocionales son normales. Poco a poco, y con nuestra ayuda, aprenderá a poner nombre a sus sentimientos, y gestionarlos adecuadamente.
Antes de poner en práctica técnicas de gestión emocional, es necesario identificar el “cómo me siento”, los niños/as deben observarse, comprobar su estado anímico,… podemos ayudarles con preguntas como ¿Cómo tienes hoy la pila de cargada? ¿a punto de estallar? ¿sin energía?… ¿cómo de activado estás? Su respuesta nos dará pistas sobre lo que podemos hacer:
- Pila muy muy sobrecargada –>SOLTAR ENERGÍA: en ocasiones los niños necesitan volver a su cuerpo, soltar tensiones y liberar esa fuerza centrífuga que se genera en su interior. Bailar, sacudir el cuerpo, correr, saltar, estirar,… pueden ayudarles a liberar esa energía de forma positiva. Mira algunas ideas aquí
- Pila demasiado cargada –>CALMARSE: en otros momentos se encuentran un poco inquietos, pero es suficiente con invitarles a respirar, llevar su atención al cuerpo, y relajarse. Echa un ojo a estas ideas
Además os dejamos unos tips sobre conductas a potenciar y otras a evitar para responder a las emociones de los más pequeños, ¿ya las ponéis en práctica?
En este vídeo te lo explicamos visualmente: PINCHA AQUÍ
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