Educa para prevenir la ansiedad

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Educa para prevenir la ansiedad

En la aparición de los trastornos de ansiedad interactúan factores biológicos, como predisposiciones genéticas, factores personales, como la autoestima, rasgos de personalidad, estrategias de afrontamiento, y factores ambientales, como pueden ser acontecimientos vitales, el estilo educativo de los padres, y el proceso de socialización del niño/a o adolescente en su relación con otros niños y niñas, con el colegio, con la familia, etc.

Las personas cercanas, como padres y profesores, tenemos un importante papel en la prevención de los trastornos de ansiedad en los pequeños. Estas son algunas pautas que ayudarán a prevenir en la medida de lo posible  el desarrollo de problemas ansiógenos:

  • Disminuir el impacto de los acontecimientos estresantes. No se trata de construir una burbuja a su alrededor que le mantenga ajeno a las circunstancias, sino de acompañarle en el momento de procesar e interiorizar el acontecimiento dañino o estresante. Los niños/as pueden carecer de recursos para afrontar de forma adecuada determinados acontecimientos vitales, como puede ser la separación de sus padres, la muerte de un familiar o amigo,… por ello, será le de ayuda:
    • Hablar de sus preocupaciones, poniéndonos a su nivel
    • Conocer cómo se siente.
    • Permitir que se desahogue y exponga todos sus temores y dudas.
    • Tener paciencia es muy importante, no forzarle a que se exprese o cuente.
    • Será más útil mostrarnos disponibles, para que perciba que estaremos cuando él o ella nos necesite.
  • Somos el espejo donde se miran. Nos imitan y aprenden de nosotros a través de la observación en el día a día. Muéstrale a través de tu forma de estar, adecuados modelos de conducta y afrontamiento. Por ello, acostúmbrate a:
    • Demostrar tus sentimientos, no ocultarlos. Deja de alimentar el mito de que mostrarnos sensibles a los acontecimientos es signo de debilidad, ni mucho menos, es todo lo contrario: signo de humanidad. Las emociones son universales, vienen de serie para ayudarnos a procesar los que nos va aconteciendo, y poco a poco vamos aprendiendo a gestionarlas. Este es un gran aprendizaje también para nuestros hijos e hijas.
    • Ser modelo de afrontamiento de problemas, no des la espalda a las dificultades. Los problemas lo son porque tienen solución, porque podemos hacer algo para sentirnos mejor. Evitarlos nunca es una opción.
  • Animar al niño/a a enfrentar aquello a lo que teme, de forma progresiva, apoyando. Será de ayuda exponer a los pequeños a las situaciones estresantes de forma gradual, ajustándonos a su nivel de adaptabilidad, comunicándonos con él o ella a cerca de la misma, acompañándole, y como decíamos antes, compartiendo sus emociones y preocupaciones a lo largo del proceso. Finalmente, felicitándole por cada uno de sus avances, por cada uno de sus intentos.
  • Construir una red de apoyo social, contar con el apoyo y cariño de la familia, de amigos, sociabilizar con conocidos,… será uno de los recursos importante para la prevención de problemas psicológicos.
  • Es importante fomentar las relaciones sociales del niño/a: dejar que realice salidas con otros compañeros, excursiones, dormir en casa de amigos/as, fijar una hora de regreso a casa prudente pero no demasiado restrictiva… Cuantos más amigos tenga mejor y más apoyado se sentirá para poder superar diferentes problemas.
  • Cuantas más experiencias diferentes tenga el niño/a más estrategias desarrollará para afrontar problemas. Y probablemente esas vivencias también le darán la oportunidad de fortalecer su red de apoyo social, uno de los recursos más importantes para prevenir los problemas psicológicos, entre ellos, los trastornos de ansiedad.

Siguiendo estos pasos estamos contribuyendo a mejorar y aumentar los recursos personales del menor. Para enfrentar dificultades y situaciones estresantes necesitamos tanto contar con recursos de afrontamiento, como sentir que los tenemos y que somos capaces de usarlos con garantías, esto es, necesitamos sentirnos eficaces y seguros. Para saber más sobre esto, mira nuestro blog: “potencia la autoestima y los recursos personales de tu hijo/a”.

Además, la ansiedad a lo largo de todo el ciclo vital está muy relacionada con el desarrollo de hábitos saludables en nuestro día a día, éstos son cultivables desde la educación, y suponen un factor de protección para la prevención de la aparición de trastornos de ansiedad. Conoce más en nuestro blog: “crecer con hábitos saludables”.

Todos los agentes educativos cercanos al niño/a debéis actuar como un frente común, remando en una misma dirección, con una misma meta. Si surgen situaciones estresantes, será de mucha ayuda que haya comunicación entre todas las personas que se encargan de la educación del menor, y os informéis mutuamente de las dificultades y avances observados. Unidad y comunicación para remar en una misma dirección.

By | 2020-06-08T20:19:08+02:00 junio 8th, 2020|0 Comments

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