La dislexia es una dificultad específica de aprendizaje, con origen neurobiológico, universal, que no afecta a la inteligencia, y que dificulta la lectura y la escritura principalmente.
Al cerebro de las personas que tienen dislexia, en torno a un 10 % de la población, le cuesta reconocer cierto tipo de información, la procesan de forma diferente a como lo hace la mayoría, lo que se traduce en que se encuentran grandes dificultades en su vida diaria. Pese a que la diferencia radica en una forma de procesar la información escrita de forma diferente, en la práctica esta dificultad es muy grave, ya que actualmente la mayoría de los métodos de aprendizaje y evaluación son a través de escritura y lectura. De hecho, la dislexia está relacionada con el bajo rendimiento y con el abandono escolar, aunque no debería ser así, ya que el rendimiento no se corresponde con las capacidades reales de estas personas. Otros trastornos aparecen frecuentemente junto a la dislexia, como el déficit de atención o la discalculia -dificultad para hacer cálculos matemáticos-.
Está demostrado que los disléxicos tienen dificultades para identifican los errores que cometen en la lectoescritura de palabras, pero su nivel de comprensión es adecuado. Es decir, el error se encontraría en el procesamiento de la información, no en el contenido de la misma. También está estudiado que estos errores responden a patrones lingüísticos, esto es, tienen sentido, orden,… los disléxicos se equivocan, pero según un criterio.
Por otro lado, la dislexia es un trastorno oculto, ya que en ocasiones los que la padecen en incurren en el error de creer que son «tontos», «lentos»,… y es que puede pasar desapercibida, o más bien camuflada, cuando aparecen otras fortalezas para compensar las dificultades ,, pero sobretodo cuando las personas y los entornos no la diagnostican o no comprenden que se trata de una dificultad neurobiológica.
Para reducir las manifestaciones de la dislexia, la detección temprana y la intervención adecuada son ejes fundamentales.
Luz Rello, investigadora, lingüista, doctora en ciencia computacional, y disléxica, ha desarrollado una app que pueden usar familias y profesionales para detectar rápida y gratuitamente el riesgo de dislexia: Change dislexia . En sus propias palabras: «nuestra misión es que todo el mundo, independientemente de su condición social, tenga acceso a una detección gratuita y a un apoyo científicamente validado».
A su vez, Luz Rello y su equipo, han continuado avanzando y ponen a disposición de la población otra aplicación gratuita: DytectiveU, para reducir el nivel de dificultades de lectura de manera divertida, mejorando a partir de los propios errores de cada usuario particular de la aplicación.
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