Crecer con hábitos saludables

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Crecer con hábitos saludables

Tener salud implica bienestar físico y mental. Gran parte de este bienestar será la consecuencia de la mayoría de decisiones que tomamos en nuestro día a día, por lo tanto, potenciemos un buen sistema de toma de decisiones para  nosotros y para nuestros pequeños, que nos ayuden a enfrentar los problemas y a elegir los mejores hábitos de salud día a día… pero, ¿cómo conseguirlo?

Desde la primera infancia, es muy aconsejable que los niños tengan acceso a experiencias variadas, donde puedan relacionarse con gente diferente, hacer amigos, y conocerse mejor a sí mismos, identificando sus aptitudes e intereses, desarrollando habilidades para resolver problemas,… Cuando permitimos que nuestros hijos/as realicen salidas con otros compañeros, vayan a excursiones, duerman en casa de amigos/as, cuando, al ir creciendo fijamos una hora de regreso a casa prudente pero no demasiado restrictiva,… estamos tomando decisiones que promueven la creación de su apoyo social.

Dar estas oportunidades, fortalecerá su autoestima, enriqueciendo sus recursos de afrontamiento, y favoreciendo que creen una red amplia de relaciones sociales. Con todo, mejorarán su sensación de bienestar personal y social, que junto a una educación para la promoción de hábitos saludables, les ayudará a ir tomando decisiones en pro de su salud física y mental.

Las familias nos transmiten sus miedos a la hora de ampliar las libertades y opciones de sus hijos/as, especialmente cuando son adolescentes, temen que se rodeen de malas compañías, consuman alcohol, tabaco u otras drogas, que se puedan meter en problemas, peleas,… Su miedo no evitará que esto ocurra. Sin embargo, si el adolescente se siente querido, apoyado, competente a la hora de enfrentar dificultades,… probablemente sí sea capaz de tomar sus propias decisiones saludables.

Es conocida la relación que existe entre los hábitos poco saludables, con sentirse abrumado, ansioso, incapaz,… Esta percepción en ocasiones actúa como posible antecedente, y en otras como el resultado: por ejemplo, un consumo elevado de alcohol y otras drogas, sentirse parte de problemas,… pueden tener consecuencias negativas para la salud mental y física e interferir en las actividades escolares y en las relaciones familiares y sociales.

El papel de acompañamiento y educación de la familia es fundamental. Es importante que los padres:

  • Estéis informados sobre los problemas que en ocasiones rodean a los adolescentes: drogas, bullying, sexting,…
  • Habléis con vuestros hijos/as sobre estas realidades, con empatía, con actitud de escucha, evitando juzgar. Conocer cómo piensan ellos/as y su entorno será de gran ayuda.
  • Transmíteles que estáis disponibles para hablar a cerca de sus preocupaciones y miedos
  • No sois policías. Ni podréis evitar que consuma o se meta en líos, ni podréis controlarlo todo. Sí podréis transmitirle vuestra confianza y ganas de dialogar.
  • Fomentad hábitos saludables en el hogar: comida sana y equilibrada, ejercicio físico habitual,… como vías para mejorar el estado de ánimo y relajarse, como antídoto natural ante el estrés.
  • Realizad actividades diferentes que potencien sus aptitudes y capacidad de resolución de problemas, además de ampliar su red de amigos y conocidos. Sin caer en el exceso de propuestas que impliquen cansancio y presión para ellos.
  • Comunicación entre todos los implicados en la educación del chico/, para crear un frente común junto a él o ella ante cualquier problema detectado, y ayudarle en la gestión y solución del mismo.
By | 2020-05-18T18:13:39+02:00 mayo 18th, 2020|0 Comments

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